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Antes de detallaros nuestra experiencia con esta terapia, me gustaría contextualizaros de cómo llegó nuestra perra Sky a la terapia para que lo podáis valorar en la magnitud que corresponde. 

Imaginaos dos líneas paralelas, una mi pareja, Tai ( nuestro cachorro ) y yo mismo. Emprendimos un proyecto de vida donde siempre, y enfatizo el siempre, hemos estado juntos. En los buenos momentos, por supuesto, y también en los malos, Navidades donde toda la familia le hacía regalos a Tai, como un sobrino o nieto más, y en todos los viajes por toda Europa que hicimos él. Durante el último viaje, Tai decidió hacerlo sólo y el impacto emocional que nos dejó todavía perdura hoy dentro de nosotros.

La otra línea es la de la Sky, nació en periodo de Covid, de cachorra era como un peluche, pero se hizo grande y adquirió rasgos propios de su raza y su instinto. Esto provocó el rechazo de sus primeros amos, los Huskys siberianos son muy intensos, y le pasaron a dar las atenciones mínimas: comer cada dos días, encerrada en un patio a 40 grados durante dos años y a sentirse rechazada.

Nuestros caminos convergen un 24 de julio del año 2022, cuando una conspiración familiar decide insistir en que teníamos que coger otro perro porque yo me estaba deprimiendo. A través Instagram vimos el llamamiento de urgencia de la protectora que había recibido el aviso de la situación de Sky. Los dueños se iban a la playa un jueves, esto era un miércoles, y alguien la tenía que acoger porque del contrario iría a una perrera y tenía altas probabilidades de ser sacrificada. Después de varias llamadas atamos los diferentes temas y en 24 horas le cambiamos la vida y la identidad a Sky (no se llamaba Sky). Desde el punto de vista de Sky no era una situación fácil, la vida que había conocido hasta ahora estaba patas arriba, y además tenía que lidiar con dos personas con una gran añoranza por la pérdida de Tai de hacía 6 meses. No lo tenía fácil. Su reacción a todos estos estímulos fue la de un gran nerviosismo unos días, protección de una zona determinada de la casa otros días, intolerancia a más cambios reaccionando con un poco de agresividad y hacer destrozos en casa.

 

Casualmente, conocimos a Sílvia, y le preguntamos si hacía terapia a animales, justo es decir que le pedimos con la idea de que preparara Flores de Bach para Sky. Sílvia a distancia le hizo un estudio de la energía y nos dijo que Sky vivía con  miedo a que no volviéramos y de quedarse en una situación de desamparo otra vez. A través de la terapia bioenergética el cambio conductual de Sky fue rapidísimo y espectacular. Se la veía más tranquila y esto facilitó la rápida adaptación que ha tenido Sky en su nueva vida y en la nuestra. Desde que Sílvia la trató no ha tenido ningún día más ningún problema de conducta, se la ve feliz y cuando se queda en casa sola, se queda tranquila sin transmitir ninguna angustia y consecuentemente este espectacular cambio nos ha dado calma a nosotros en todos los aspectos. Estamos muy agradecidos por el que ha hecho Sílvia con Sky y con nosotros.